Análisis Económico previo al Informe

Por Luis de la Teja

Presidente de México, Enrique Peña Nieto.

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Luis Manuel DE LA TEJA

El gobierno se ha dado a la tarea, como cada año cuando se acerca el informe presidencial, de aclarar de pronto el panorama, publicando las buenas nuevas, sobre todo en materia económica. No es que nos neguemos a reconocer que las hay, sino que consideramos que hay que ponerlas en la justa dimensión de lo que ocurre en México.

A principios de este mes, la SHCP informó que la economía creció tres por ciento en el segundo trimestre, lo cual es una excelente noticia, pero agregó que las reformas han dado fortaleza y modernidad, algo que ya no es tan cierto, y agregó que ya van 14 trimestres de crecimiento continuo. Sin embargo, con estos 14 trimestres, la economía no ha crecido más allá del tres por ciento medido anualmente, lo cual deja mucho que desear.
Dice que la dinámica del sector interno se ha mantenido muy sólida y firme, y prueba de ello es la creación de empleo muy “fuerte”, palabra que convendría se nos precisara, pues, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi, hay 1.82 millones de personas desocupadas y 3.13 millones más no reciben ingresos por su trabajo. Si nos vamos a aquéllos que reciben un salario mínimo o menos, tenemos que son 7.4 millones y 14.22 reciben entre uno y dos salarios mínimos. Estas cantidades son, a todas luces, insuficientes para subsistir adecuadamente. Es decir, más de 25 millones de mexicanos apenas subsisten, por lo cual el comentario de empleo “fuerte” es una ilusión.
Por otro lado, tenemos que el índice inflacionario ha crecido de una manera desorbitada, los aumentos en gasolina, alimentos, medicinas y transporte llegaron para quedarse en los bolsillos de los mexicanos.
El sector patronal declaró la necesidad de aumentar los salarios mínimos, lo cual manifiesta la preocupación de los empresarios por los salarios de hambre que todavía persisten en el país; y, por otro, han solicitado a las autoridades una reforma fiscal que contenga como punto central la reducción del Impuesto Sobre la Renta.
El gobierno está decidido a reducir la deuda para lo que llama “la consolidación fiscal”, y para ello ha utilizado los recortes al gasto público, lo cual está ocasionando numerosos problemas a las diferentes dependencias. Por ejemplo, muchas de ellas ya no tienen para sus gastos de operación en lo que resta del año, mismos que ya no podrán cumplirse en lo que queda de la actual administración.
Conacyt, es un ejemplo, que ha visto reducido su presupuesto y hace lo que puede. Es el caso de la Convocatoria de Investigación en Ciencia Básica 2016, que apareció en diciembre de dicho año y han tenido que posponer cuatro veces la decisión de la preaprobación de los proyectos presentados. Ahora, la última fecha es el próximo 21 de agosto y, en caso de cumplirse, habrá que esperar la decisión final, que seguramente se hará a fines de este año; es decir, los recursos para la convocatoria de 2016 se darán, si bien nos va, en 2018, dos años después.
En vez de declarar que México probó su resistencia, más bien, habría que decir que los mexicanos están demostrando su resistencia ante los recortes presupuestales para cumplir con el único objetivo que persigue el gobierno: la reducción de la deuda y no una sociedad más igualitaria.
editorteja@yahoo.com

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