AGENCIAS
Con Barack Obama fuera de la Casa Blanca, el vínculo entre Estados Unidos y Cuba podría volver a enfriarse.
Pese al acercamiento histórico entre ambos países tras m´As de medio siglo de conflicto, el Presidente electo Donald Trump prometió en campaña que daría marcha atrás a las acciones ejecutivas de Obama para lograr el deshielo.
E incluso si no revierte la relación, coinciden expertos, el republicano probablemente hará poco para que avance el restablecimiento de los lazos.
“Volvería a colocar las relaciones bilaterales en un ambiente de desconfianza y tensión, como el que caracterizó los contactos entre los dos antiguos adversarios de la Guerra Fría”, señaló Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas en la Universidad Internacional de Florida (FIU).
En marzo, Obama se convirtió en el primer Presidente estadounidense en viajar a Cuba en 88 años, y Raúl Castro lo recibió con un apretón de manos.
En contraste, tras el anuncio de la victoria de Trump, el Gobierno cubano ordenó una serie de ejercicios militares como “preparación ante posibles amenazas”.
Sin embargo, coincidieron académicos, es probable que Trump ignore a América Latina.
La única política que parece interesarle relacionada con el resto del continente, aseguró Silvia Pedroza, profesora especializada en Cuba de la Universidad de Michigan, es la deportación de migrantes indocumentados de Centroamérica.
Fuera de eso, señaló, la mayoría de la agenda del nuevo Presidente electo está relacionada con temas de política interna.
“Los que vivimos aquí (en Estados Unidos) sÌ tenemos muchas razones para preocuparnos”, aseguró.
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