La ignorancia de la Casa Blanca en el tema migratorio

Por Marcos Nelson Suárez

Los nuevos inquilinos de la Casa Blanca, están demostrando una absoluta ignorancia no sólo en lo que se refiere a la crisis migratoria en la frontera sur, sino, en la situación real de Latinoamérica y las posibles soluciones, si es que estas existen.
La práctica de enviar ayuda económica al subcontinente, como medio de reducir la inmigración ilegal, no es nueva.
El presidente Kennedy lo intentó con la llamada Alianza para el Progreso y los mandatarios siguientes, de una manera u otra, mantuvieron la costumbre, sin muchos resultados que mostrar.
Gran parte de los millones enviados a Latinoamérica terminaron en los bolsillos de unos cuantos privilegiados, o de políticos corruptos.
De hecho, la situación hoy quizás es peor que la existente en la segunda mitad del siglo pasado.
México está cerca de convertirse en un narcoestado, Centroamérica, plagado de corrupción y abusos de poder, da dos pasos adelante y cuatro para atrás.
Hemos probado casi todo, desde el socialismo en Nicaragua, Cuba y Venezuela, administraciones lo mismo de derecha que de izquierda. Populistas, golpes de Estado, regímenes militares… y la vida sigue igual, para parafrasear la canción de Julio Iglesias.
Una gran mayoría de la población, cada vez ve con más esperanzas, el llegar a los Estados Unidos como vía de escape.
Y resulta irónico que el país que a juicio de la izquierda norteamericana es racista, con agentes de la ley fuera de control y discriminación rampante, sea el sitio al que los que buscan una mejor vida en otras partes del mundo escojan para venir, aunque arriesguen su vida en ello.
Por otra parte, los avances tecnológicos, especialmente en el campo de las comunicaciones, hacen aún más atractiva la idea de salir de la miseria, desde Asia, Africa, el subcontinente americano, el Medio Oriente y hasta la Europa del Este.
Regresando a la nueva administración en estados Unidos, o pecan de ingenuidad o no tienen la menor idea del mundo que les rodea.
En la frontera sur hay una crisis innegable, aunque la administración eche manos de trabalenguas para disfrazar la realidad. Y este crisis no se va a resolver con regar dinero de los contribuyentes, entre países fallidos.