Alertan especialistas riesgo de simular y no actuar del Estado Mexicano, frente a las elecciones de EU
Por: Luis Manuel DE LA TEJA
La defensa de los intereses de México exige firmeza como escribe Jesus Silva- Herzog “y el Presidente Enrique Peña Nieto, desaprovecho la oportunidad única que le regaló Obama al invitarlo a su casa en Washington, para expresar la posición de su gobierno, se limito a capotear el discurso antimexicano y no responder a las mentiras de Trump, (sin necesidad de mencionarlo), se refugió en el discurso de manifestar su respeto a quien nos amenaza, con iniciar no una guerra militar, pero si una guerra comercial, cultural, diplomática. Era el momento de expresar la voz de México, ante su mayor amenaza. En cambio el Presidente de Estados Unidos, si lo hizo, reiteró la importancia que para él tiene la relación con México.
En efecto, las remesas de nuestros connacionales, aunadas al petróleo, las exportaciones de bienes y servicios, el turismo y la Inversión Extranjera de Estados Unidos, significan el sustento toral de México. En lugar de defender la relación, como sugiere la comentocracia Mexicana; citó a Esteban Moctezuma quien enfatiza que “México, no solo es el vecino. Somos el país más importante para Estados Unidos, en su relación económica internacional. Frente a las elecciones en la Unión Americana, el Estado Mexicano tiene una gran responsabilidad interna, cuyos debates han estado ausentes tanto del sector público como del privado. No se trata de esperar pasivamente que hará nuestro país vecino frente a nosotros, sino que posicionamiento debemos tener nosotros frente a ellos sabedores que la polarización política, independientemente de quien gane la elección tanto republicanos como demócratas que se ubican en extremos ideológicos, comparten la idea que el comercio bilateral con nuestro país ha drenado la economía norteamericana”.
Optar por la vía proteccionista, como menciona Raul Cremoux “pondría en jaque a los dos países. Nuestra nación exporta a EU, 472 millones de dólares al año, e importa de allá, 186 mil millones de dólares. Es nuestro principal socio comercial y para ellos le significamos el tercero. Tan solo los estados fronterizos que compartimos de una y otra parte constituyen como región la cuarta economía del mundo”.
Si bien es cierto, el apunte del periodista de Chicago Antonio Rosas respecto a que “los votantes hartos de los políticos, quieren mandar un mensaje, apoyando a un candidato diferente, externo; empero, los estadounidenses no darán este paso si su decisión política implica que sus cuentas bancarias queden vacías, si sus empleos se esfuman o si pierden su patrimonio, seguramente no apoyarían una guerra comercial con México. Nuestro país requiere de una narrativa propia.
Tenemos una población mexicoamericana cada vez más influyente en Estados Unidos, pero igualmente ignorada por nosotros y por nuestras políticas. De hecho el Presidente ha sido omiso de instalar al nuevo Consejo Consultivo de Mexicanos en el Exterior (CCIME), incluso cuando este órgano colegiado, se eligió por concurso a propuesta de la Cancillería para seleccionar como consejero a las mejores propuestas, las cuales hoy día se desconoce su contenido.
Antonio Navalon, lo define atinadamente, como país, tenemos que encontrar la manera de recuperar nuestro verdadero papel y abandonar ese conformismo, que se utiliza como pretexto para atacar a nuestra nación y además –en el colmo de las injusticias- colocarnos en medio de una situación que al final, no solo seriamos las víctimas, sino también los causantes” de nuestros propios males.
Si hay que reconocerle algo positivo a Trump, como lo refiere el especialista del Colegio de la Frontera Norte, Tonatiuh Guillen, es el lado bueno de Trump, “es todo lo que ha levantado en su contra, en el terreno de la sociedad civil, lo integran multitud de voces que se oponen a su discurso, propio de una era de la barbarie, republicanos y demócratas toman distancia. No es el comercio ni los mexicanos el origen de los problemas, sino la ausencia de políticas que capaciten en industrias del futuro a la fuerza laboral manufacturera que no regresara a EU, aunque retornen las compañías emplearan la automatización en sus procesos. Coincidiendo con Lean Krause, “estos son los debates que nuestro timorato gobierno debería participar con imaginación e inteligencia”.
El debate que debe generarse en el Congreso y en la Iniciativa Privada, es porque no hemos definido una política clara de Estado, para lograr que la cotidiana relación comercial, se convierta también en una relación bilateral de respeto, inclusión y prosperidad.
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