Conforme cae en las encuestas y lo rodean más escándalos, Donald Trump recurre cada vez más a un argumento: es un complot.
“La elección esta· absolutamente siendo amañada por los medios deshonestos y distorsionados, que impulsan a la mentirosa Hillary. Pero también en muchas casillas. Triste!”, tuiteo ayer el candidato presidencial republicano, sin ofrecer evidencia alguna.
El viernes ya había acusado a Carlos Slim -por ser accionista de The New York Times- de orquestar las denuncias de acoso y abuso sexual que han hecho varias mujeres recientemente en contra del magnate.
Asimismo, durante el ˙último mes ha enviado mails invitando a sus seguidores a convertirse en observadores electorales, algo muy poco común en Estados Unidos.
Los reclamos de Trump son prácticamente inéditos en la historia estadounidense, y han desatado temores de que -en un hecho sin precedentes en el país vecino- Él o sus partidarios se rehúsen a reconocer la derrota si pierde el 8 de noviembre frente a la demócrata Hillary Clinton.
De hecho, muchos ya están haciendo eco a la teoría de Trump.
“Trump dice que hay que revisar las casillas. Entonces voy a ir, claro. Voy a buscar… pues se llama sesgo racial. A mexicanos, sirios, personas que no hablen ‘americano'”, indicó Steve Webb, carpintero de 61 años de Ohio.
“Me voy a postrar justo atrás de ellos (…) No voy a hacer nada ilegal, solo ponerlos nerviosos”, agregó a The Boston Globe.
Sólo un tercio de los republicanos dicen estar confiados en que el conteo electoral ser· justo, según un sondeo reciente de la Associated Press.
El ex presidente de la Cámara baja Newt Gingrich y el antiguo Alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani se sumaron ayer a las denuncias de complot, al declarar que no les cabe duda que los demócratas están dispuestos a hacer trampa, particularmente aquellos en ciudades al interior del país, donde hay más votantes de minorías.
Entre el 2000 y el 2014, de mil millones de votos ejercidos, solo fueron reportados 31 casos de suplantación de votantes, según un estudio de la Facultad de Derecho en la Universidad de Loyola.
Y la probabilidad de que alguien cometa fraude electoral en Estados Unidos esta· entre 0.00004 a 0.0009 por ciento, de acuerdo con el Centro Brennan para la Justicia. Es más factible que alguien sea azotado por un rayo.
El compañero de fórmula del magnate, Mike Pence, intentó calmar las aguas ayer al aclarar que Él y Trump aceptarán el resultado de las elecciones.
Pero, incluso si llega a ser el caso, algunos simpatizantes del candidato republicano no escatiman en amenazas sobre qué sucedería si gana Clinton.
“Espero que podamos empezar un golpe (…) Vamos a armar una revolución y sacarlos del cargo si necesario”, advirtió Dan Bowman, votante de Trump.
“Es tiempo de sacar las antorchas y trinches”, tuiteo ayer el Alguacil del condado de Milwaukee, David Clarke Jr.
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