Por: Reynaldo Mena
MEXICO.- Ni tarde ni perezoso, el presidente estadounidense no perdió ni un segundo para salir a los reflectores enfatizando que el nuevo acuerdo comercial con México y Canadá fue un triunfo suyo y de su país, desestimando los esfuerzos de los otros dos países involucrados.
Trump no había sido un fiel partidario del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), pero las presiones comerciales lo orillaron para que continuara las negociaciones y se pudiera llegar a un acuerdo que tendrá que ser ratificado por los congresos de los países envueltos en el acuerdo.
Fueron ocho ronda de negociaciones y más de un año para que se negociara lo que ahora se conoce como Acuerdo Estados Unidos, México, Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés), un nombre ‘tan feo’ que ya han solicitado en México al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, que se haga un plesbícito para renombrarlo… claro, en tono de broma.
La primera ronda tuvo lugar en Washington, del 16 al 20 de agosto del 2017. No obstante, fue en la segunda ronda cuando la Unión Americana propuso incluir la cláusula “Sunset”, que obliga a revisar el nuevo tratado cada cinco años. En los últimos meses del año pasado, no hubo acuerdo de temas controversiales como las reglas de origen, los salarios, así como la misma cláusula de “muerte súbita”.
El 2018 inició ya con cinco rondas con las declaraciones de Trump quien de plano sentenció que “si no hay un buen acuerdo para Estados Unidos” se retiraría. Ya en marzo, el presidente estadunidense impuso aranceles del 25% a las importaciones de acero y de 10% a las del aluminio, excepto a las mexicanas y canadienses, pero con la condición de lograr su objetivo de alcanzar un acuerdo a favor de Estados Unidos.
Ante los pocos frutos recogidos en las ocho rondas de negociación del TLCAN, a finales de mayo, la Unión Americana extendió la cuota arancelaria a sus socios comerciales; México respondió de la misma manera a otros productos estadunidenses y lanzó una denuncia ante la Organización Mundial de Comercio.
Antes de las elecciones federales en las cuales arrasó Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena, el peso había perdido más del 2.7% de su valor ante el dólar.
Pasó el 1 de julio y el peso empezó a recuperarse. López Obrador manifestó su interés de que el nuevo TLC llegara a buen puerto y tuvo comunicación y simpatía con Trump, además de que el primer ministro canadiense Justin Trudeau también le manifestó su apoyo e incluso le pidió interceder ante Trump.
En los meses restantes hasta septiembre comenzaron las pláticas de alto nivel que derivaron en un entendimiento, primero entre México y Estados Unidos, y el pasado domingo entre la economía más poderosa del mundo y Canadá.
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