Redacción
DALLAS.- La crisis de los niños migrantes no tiene fin.
En refugios desde Kansas hasta Nueva York, cientos de niños migrantes han sido despertados a mitad de la noche para ser subidos a autobuses con maletas y bocadillos en un viaje a través de Estados Unidos hacia su nuevo hogar: una ciudad estéril de tiendas de campaña en un desierto al sur de Texas, según información del New York Times.
Hasta ahora, gran parte de los niños indocumentados detenidos por las autoridades federales de migración habían recibido albergue en hogares temporales o refugios privados, en los que dormían dos o tres por habitación.
Las autoridades de Inmigración no estaban preparadas para enfrentar las consecuencias de la aplicación de la política de “cero tolerancia” en la frontera con México, la cual dejó casi 3 mil niños separados de sus padres, dijo este martes la oficina de monitoreo interno del Departamento de Seguridad Nacional.
La confusión en la frontera creó desinformación entre padres separados de sus hijos que no sabían por qué los habían apartado de sus niños ni cómo encontrarlos, originó que los menores de edad estuvieran detenidos por períodos más prolongados en instalaciones fronterizas diseñadas para arrestos de poca duración, y generó dificultades para identificar y reunir a las familias. Y el atraso en los cruces fronterizos podría haber hecho que algunos inmigrantes cruzaran la frontera de manera ilegal, según el informe.
En los lugares en donde se encontraban recibían educación formal y visitas regulares de representantes legales.
Sin embargo, en su nuevo hogar en Tornillo, Texas, los menores de edad duermen, en grupos de 20, alineados en literas y separados por género.
En dicho lugar no hay escuela, los niños reciben libros de ejercicios que no tienen obligación de completar y el acceso a los servicios legales es limitado.
Los viajes de medianoche se realizan por todo el país, mientras el Gobierno de Donald Trump busca espacios para acomodar a más de 13 mil niños migrantes detenidos, el número más grande en la historia, cuya cifra se ha multiplicado desde el año pasado.
El tiempo promedio que los niños migrantes pasan bajo custodia casi se ha duplicado en el mismo periodo, pasando de 34 días a 59, de acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios Sociales (HHS, por sus siglas en inglés), el cual supervisa la atención a los menores.
Cientos de niños son enviados desde refugios esparcidos alrededor de Estados Unidos al sur de Texas cada semana, lo que representa un total de más de mil 600 hasta el momento.
El campamento en Tornillo funciona como una pequeña ciudad emergente, a unos 56 kilómetros al sureste de El Paso, en la frontera con México.
Las carpas que cuentan con aire acondicionado, que varían en tamaño, se usan para vivienda, recreación y atención médica.
Este campamento fue abierto en junio y originalmente estaba planeado para funcionar por 30 días y recibir a 400 menores. Sin embargo, fue expandido en septiembre para acomodar a 3 mil 800 niños.
“Es común usar refugios de afluencia como se hacía en bases militares en el pasado, y la intención es usar estas instalaciones temporales solo el tiempo que sea necesario”, dijo Evelyn Stauffer, portavoz del Departamento de Salud y Servicios Sociales.
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