Dallas, Texas. La poderosa fuerza inmigrante mexicana sigue inyectando divisas hacia su país. Los ingresos por remesas alcanzaron en mayo los 2.586 millones de dólares, la cifra mensual más alta desde Octubre de 2008, según datos oficiales del Banco de México. Los expertos en finanzas auguran más récords propulsados por la estabilidad de la economía estadounidense, fuente de más del 80% de remesas totales, y la dificultad que está encontrando el gobierno del Presidente Donald Trump para implementar sus duras medidas contra la migración irregular.
“Todos los indicadores de la economía estadounidense están registrando alzas, tanto el consumo como el desempleo, como el índice manufacturero. Todo parece estar tomando un mejor rumbo tras la incertidumbre de los primeros meses de mandato de Trump”, apunta Gabriela Siller, directora de análisis de Banco Base. Además del crecimiento sostenido de la locomotora estadounidense, la sombra de un posible gravamen sobre las remesas mexicanas –con la que amenazó el magnate durante su campaña– parece haberse esfumado definitivamente.
“Las remesas tienen además un efecto redistributivo, Ya que los Estados que más reciben suelen ser los más pobres”.
En su ataque con políticas migratorias, otro de los grandes caballos de batalla del republicano, tampoco se están materializando las estrictas medidas anunciadas al inicio de su mandato. Aunque han incrementado las aprehensiones a extranjeros sin permiso de estadía legal estadounidense y se ha mermado el transito ilegal en la frontera, las órdenes del Presidente Trump han encontrado un potente muro de contención: Las Ciudades que amparan a los inmigrantes.
Un gran número de ciudades importantes, las que cuentan con un mayor número de migrantes como Los Ángeles, Chicago, Houston, Dallas, San Antonio o Nueva York, por citar algunas, e incluso un Estado como California, se han negado a cumplir al pie de la letra las directrices federales en materia migratoria. Frente a las cada vez mayores y más duras exigencias de Washington, evitan las identificaciones indiscriminadas y rechazan violar los derechos civiles y las garantías judiciales a los inmigrantes sin estatus legal, negándose a actuar como autoridades federales y negándose a entregarlos a autoridades federales sino hay una orden judicial.
Esta circunstancia “protectora” para los trabajadores migrantes se ha trasladado en beneficio del fisco nacional mexicano. “Generalmente Mayo es el mes que más remesas se reciben a lo largo del año por los festejos del Día de la Madre. Estimamos que pudieron superar los 2,534.6 millones recibidos en Mayo de 2006, y estar cerca del máximo histórico que se ha recibido en un solo mes que fue de 2,637 millones en Octubre de 2008”, apuntaban en un reciente informe los analistas de BBVA Research. Así se ha cumplido y Mayo de 2017 ha cerrado como el mejor Mayo desde que se tienen registros.
El espiral ascendente se vio interrumpido el pasado febrero, con una caída del 1,4% interanual. Detrás de esta leve caída se esconden, según los analistas, dos factores: el fuerte crecimiento que se produjo en Febrero del año pasado, que hacía difícil que las remesas volviesen a repuntar, y la recuperación del peso mexicano frente al dólar estadounidense, que volvió a tomar cuerpo tras el desplome sufrido durante la campaña y el primer mes del Presidente Trump en la Casa Blanca.
Los envíos de dinero de inmigrantes y familiares supusieron el año pasado el 2,5% de PIB. Esta divisa solo fue superada por las exportaciones de la industria automotriz y del sector agroalimentario. “Las remesas tienen además un efecto redistributivo, ya que los Estados que más reciben suelen ser los más pobres de México”, añadió Gabriela Siller. Michoacán, Estado de México y Oaxaca lideran la lista. Después de India, China y Filipinas, México ha sido durante los últimos años la cuarta economía receptora de remesas en el mundo.
arnoby@elhispanonews.com
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