Escribir sobre un ser que uno admira hasta la idolatría, puede resultar gratificante para el mismo espíritu; pero compartirle a la humanidad lo que es ese Ser, puede resultar una forma de saldar la deuda cósmica.
La historia de cómo se llegó a este país, hace parte de una infinidad de gestas humanas que solo espíritus emprendedores lo pueden lograr, y en toda nuestra hermandad inmigrante, abundan esos héroes de manera silenciosa.
Janneth Vásquez, es una mujer enhiesta con una superlativa capacidad de influencia sea cual sea su entorno. Su energía impulsa la transformación o el cambio a cualquier nivel. Incluso, yo doy fe, sabe cambiar las viejas formas de liderazgo masculino impositivo por nuevas formas más adecuadas al momento social, donde la comunicación es esencial.
Ejerce su liderazgo a través de una efectiva influencia interpersonal dirigida a través del proceso de comunicación humana hacia la consecución de sus objetivos, influyendo en el otro, para lograr un fin valioso y humano.
Su capacidad de comunicarse con las personas la lleva sutilmente a influirles en sus emociones para que se dejen dirigir, para que compartan ideas y ejecuten acciones positivas.
Esta breve semblanza sobre Janeth, es solo una minúscula expresión de su alma de excepcional ser humano, que con su inmenso e inagotable amor, fue capaz de liderar los momentos más aciagos de mi existencia humana, al salvaguardarnos a todos los del clan familiar, de los nefastos hechos padecidos en nuestra siempre querida Colombia.
El amor es el emblema de la eternidad: confunde la noción del tiempo; borra toda la memoria de un comienzo, todo el temor de un final.
Este homenaje de gratitud, y de amor inclaudicable, se podría resumir en esa sabia y hermosa frase de que el Amor Siempre Triunfa en Todo.
Janneth:
Siempre ten presente que la piel se arruga,
el pelo se vuelve blanco,
los días se convierten en años…
Pero lo importante no cambia,
tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier telaraña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés viva, siéntete viva.
Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas…
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón…
¡Pero nunca te detengas! Mi bella socia excepcional.
arnoby@elhispanonews.com
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