Centroamerica se desmarca de México ante la política migratoria de Trump

Por Reynaldo Mena

Francisco Villagrán de León, exembajador de Guatemala en Estados Unidos.

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MEXICO.- Los gobiernos centroamericanos se han mantenido en silencio ante las discusiones migratorias que se viven entre México y Estados Unidos. Un reporte de BBC Mundo señala que parecería ser la estrategia de esos países para no llamar la atención de Estados Unidos y así no afectar el permiso temporal de trabajo que gozan algunos ciudadanos de esos países.

También se señala que podría ser que están a la expectativa de que se defina la nueva política bilateral entre México y Estados Unidos.
Mundo Manuel Ángel Castillo, investigador del Colegio de México, señaló a la BBC que “es como decir coloquialmente: si nos ponemos al brinco (confrontar) vamos a llamar la atención y se van a encarnizar con nosotros”.
BBC Mundo preguntó en las cancillerías de Honduras y Guatemala por qué no han realizado pronunciamientos públicos sobre el tema.
También cuestionó si el silencio es parte de una estrategia ante el nuevo gobierno de Trump. No hubo respuesta.
Así, no hay explicaciones oficiales sobre la ausencia de pronunciamientos públicos en la crisis diplomática de los países vecinos.
Pero algunos analistas como Francisco Villagrán de León, exembajador de Guatemala en Estados Unidos, ofrecen algunas pistas.
Según Villagrán, en Centroamérica y especialmente en su país existe la idea de que no habrá deportaciones masivas hacia la región.
La razón es el general retirado John Kelly, responsable del Departamento de Seguridad Interior que se encarga de ejecutar la política migratoria estadounidense.
El militar fue jefe de Comando Sur y por eso “conoce bien nuestro país y el resto de Centroamérica”, dijo Villagrán durante una conferencia en el Movimiento Semilla de Guatemala.
“Kelly entiende el impacto que tendrían en Guatemala las deportaciones masivas y cómo afectarían la seguridad, la economía y la estabilidad política”, subraya.
“Se espera que Washington entienda que una desaceleración de la economía en los países del Triángulo Norte tendría un impacto inmediato en la seguridad, y sería un detonante para nuevos movimientos migratorios hacia el norte”.
En Estados Unidos viven más de 3 millones de migrantes centroamericanos, muchos de forma irregular, según datos de la Oficina del Censo de ese país.
Desde los años 80, Washington concedió el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) a migrantes de Nicaragua y El Salvador.
A Nicaragua fue porque se consideraba al gobierno sandinista un enemigo. El estatus para los salvadoreños tiene razones similares: Estados Unidos apoyaba al gobierno salvadoreño en su lucha contra la guerrilla.
El beneficio se autorizó en 1999 a personas de Honduras afectadas por la devastación que un año antes provocó el huracán Mitch en su país.
Es una especie de permiso a personas que no pueden regresar a su país de origen de manera segura, debido a conflictos armados o desastres ambientales, por ejemplo.
Los beneficiados con el TPS pueden quedarse en Estados Unidos el tiempo que dure el permiso.
También les autoriza a viajar y obtener un permiso de empleo, y evita que sean deportados por su condición migratoria.
Además, a quienes se otorga este salvoconducto pueden trasladar a sus hijos desde Centroamérica para vivir con ellos en su nuevo país.
(Con información de la BBC)
Reynaldo@elhispanonews.com

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