Donald Trump ha dado claras muestras de que no le interesa negociar con México, desde su perspectiva, nuestra enorme dependencia comercial con ellos no nos deja otro camino que acatar lo que diga su gobierno. Así se lo dijo su secretario de comercio, Wilbur Ross, y al mandatario le gustó la idea de utilizar a México para demostrar a sus votantes el eficaz, y pronto cumplimiento, de sus promesas de campaña. Muro, etc.
En estos complejos días de constantes declaraciones de Donald Trump respecto a nuestro país, muchos nos preguntamos ¿cuál debe ser la estrategia de México ante las amenazas más que “cantadas” del inquilino de la Casa Blanca? Sobre todo, ahora que el mandatario ha declarado su prisa por iniciar la renegociación del TLCAN, pero con base en ¿qué reglas?
Y aún fijadas éstas ¿qué nos garantiza que las respetará? Nos ha movido el tapete ya muchas veces, con el brete de que el Tratado Trilateral de Norteamérica “ha sido una catástrofe para EU”.
A Trump más que negociar le interesa imponer sus condiciones al gobierno mexicano e intuimos que el interlocutor nuestro no es sólo Trump, sino los segmentos que le interesan al mandatario estadunidense, o sea los legisladores que pueden aprobar o rechazar sus iniciativas, y los grupos industriales y agricultores que corren riesgos de sufrir gravísimas pérdidas en sus negocios por las medidas. Seguramente, se está cabildeando mediante espacios de lobistas para obtener los apoyos necesarios que frenen e impidan la embestida contra nuestro país y los mexicanos.
La negativa de México a pagar el muro no le acaba de caer en gracia al temperamental gobernante, que nos ha amenazado con cobrar impuestos a las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos, a pesar de que dicho aumento lo terminarían pagando los consumidores estadunidenses por las realidades del mercado.
Trump también ha hecho referencia a asegurar las cuentas en Estados Unidos de los cárteles de la droga y, como esa, ha señalado otras posibles acciones, mostrando que sus propósitos claros carecen de una estrategia seria que valore los pros y contras de su actitud hacia México, o a nuestra capacidad de respuesta.
Otro aspecto a destacar en la estrategia de la Casa Blanca desde la llegada de Trump, son sus filtraciones a los medios. Esto ocurrió con la reciente conversación telefónica entre el presidente Peña Nieto y cuya versión, “a modo”, que Donald Trump externó al mandatario mexicano, su disposición de utilizar sus tropas en nuestro país para combatir a los “bad hombres”, argumentando según él, la falta de acción del gobierno de México de “hacer su mejor esfuerzo”.
Esta filtración, revela sin lugar a dudas, las intenciones del presidente norteamericano, de buscar provocar divisionismo y enojo en los mexicanos, como una forma de debilitar y conseguir que se acepten sin condiciones los términos de su gobierno. Todo apunta a que ésta y otras filtraciones que han vuelto a salir de la Casa Blanca, son deliberadas y que “la mano que mece la cuna”, es el anterior estratega de Trump, un ultraconservador experto en guerra propagandística.
editorteja@yahoo.com
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