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Ninguna autoridad mexicana ha intercedido por Rafael Márquez. El proceso para resarcir su reputación, no es sencillo. Para el especialista en combatir sanciones de la OFAC (Office of Foreing Assets Control) Douglas McNabb, la acusación del Departamento del Tesoro le tomaría más de un año limpiar su nombre lo que representa asfixiarlo económicamente al congelarle sus bienes en Estados Unidos y México, tampoco puede contrademandar por prejuicios porque no es un ciudadano estadounidense y no hay plazos para que la OFAC responda.
La agravante para Márquez, estriba en que no puede pagar a sus abogados de su bolsillo, puesto que su dinero está bajo sospecha. Necesita de un tercero que este “limpio”, que financie los costos legales. Ningún banco puede hacer un movimiento a su nombre. Toda la defensa es por escrito. Las respuestas de la OFAC a los oficios demoran de uno a dos meses. No hay un expediente en concreto del “imputado”, sobre la investigación y no se tiene acceso al archivo. Ningun juzgado intercederá por Márquez, puesto que no es norteamericano. El proceso puede prolongarse lo que representaría el fin de la carrera del futbolista Rafael Marquez ícono y uno de los últimos baluartes de la sociedad mexicana.
El “iniciado”, debe responder a diversos cuestionamientos porque lo que la OFAC quiere obtener información que amplíen sus líneas de investigación. “No hay un archivo formal que se pueda consultar”, dice McNabb en entrevista a Cancha, “el gobierno no está obligado a advertir a la persona designada brindar un informe de las razones por las que se incluyó o formular cargos criminales”.
Tampoco existe un proceso de entrevista o interrogatorio con el “imputado”, y todo el caso se ventila por medio de oficios y exclusivamente en Washington, D.C. el representante del “acusado”, tarda hasta dos meses en ser aprobado por la OFAC.
editorteja@yahoo.com
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