El 30% de pacientes con Epilepsia no responde a medicamentos

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El 30% de pacientes con Epilepsia no responde a medicamentos

Por Luis Lara.

Foto: Luis Lara.

Dallas, Texas. De acuerdo a estudios realizados por científicos del Hospital Parkland, se ha comprobado que el tratamiento para pacientes con epilepsia, por lo general el 30% de ellos no responden positivamente a tratamientos realizados con medicinas anticonvulsivas.

El programa de epilepsia de Parkland fue acreditado como centro para el tratamiento de la epilepsia con el nivel 4 durante el año 2016 por la Asociación Nacional de Centros de Epilepsia (NAEC). Los centros para el tratamiento de epilepsia del nivel cuatro tienen la experiencia y las instalaciones necesarias para proporcionar el nivel más alto de atención médica y quirúrgica a los pacientes que padecen los tipos más complejos de epilepsias.

José Benítez de 33 años de edad y residente de Dallas, comenzó a tener convulsiones cuando tenía 15 años de edad. Aunque no ocurren con frecuencia, afectaron su calidad de vida. “Tenía prohibido conducir vehículos debido a mi estado”, dijo Benítez. “Además de las convulsiones, algunas veces tenía la sensación que estaba temblando.”

Finalmente, Benítez buscó ayuda en la clínica de epilepsia en Parkland Memorial Hospital, donde tuvo una evaluación extensa. Fue tratado con numerosos medicamentos anticonvulsivos sin éxito antes de que su condición fuera diagnosticada como médicamente insuperable, un tipo de epilepsia que afecta a sólo el 20 por ciento de los pacientes de epilepsia. Neurólogos de Parkland le dijeron que podría beneficiarse de cirugía contra convulsión.

“Por supuesto dije sí”, declaró Benítez. Se convirtió en uno de sólo 12 pacientes a someterse a la cirugía rara en el año 2015 en Parkland. Desde la cirugía, Benítez ha estado libre de convulsiones. “La operación fue un éxito”, dijo Benítez.

Damián Díaz de León comenzó a tener convulsiones epilépticas cuando tenía 16 años. Mientras sus compañeros de clase de la escuela secundaria comenzaban a conducir automóviles, Díaz de León tuvo que adaptarse a las restricciones que le imponían las medidas de seguridad para las convulsiones epilépticas y no pudo hacer muchas de las actividades que son propias de los adolescentes.

“Me retrasé en la escuela porque perdía la memoria y me costaba concentrarme. No podía conducir. No podía hacer deportes. Me encantaba jugar al fútbol, pero de repente mi vida cambió y lo único importante fueron las convulsiones, los exámenes y los procedimientos médicos”.

Los neurólogos descubrieron que Díaz de León tenía un tipo de malformación vascular en el lóbulo frontal derecho del cerebro. Él tuvo una convulsión cuando se produjo una hemorragia en la malformación vascular. A la edad de 18, fue sometido a cirugía del cerebro y no tuvo más convulsiones durante un año, pero luego las convulsiones volvieron a aparecer.

Díaz de León les atribuye a sus padres el mérito de continuar la investigación en búsqueda de recursos médicos que pudieran ayudarlo. “Ellos averiguaron que Parkland tiene uno de los mejores equipos especializados en epilepsia y solicitaron una cita”.

A los 21 años, Díaz de León fue evaluado en la Unidad de Monitoreo de la Epilepsia de Parkland. Los EEG que se realizaron mientras tenía las convulsiones confirmaron que estaban localizadas en la región de la malformación vascular. El segundo estudio consistió en la  implantación de varios electrodos directamente dentro de su cerebro, alrededor del lugar en que se había efectuado la resección anterior.

“Esta técnica, llamada E-EEG (estéreo-electroencefalografía) utiliza una sofisticada computadora y tecnología robótica para colocar varios electrodos en la profundidad del cerebro en forma segura. “La avanzada tecnología de diagnóstico de Parkland nos permitió identificar con precisión el área en donde se producían las convulsiones de Díaz de León y determinar el plan de tratamiento”, dijo Mark Agostini, MD, director médico del Programa de Epilepsia de Parkland y profesor asociado de Neurología y Neuroterapéutica en el University of Texas Southwestern Medical Center.

Meses más tarde, Damián fue sometido a cirugía para extraer la parte de su cerebro que producía las convulsiones. “Hace ocho meses que no tengo más convulsiones”, dijo Díaz de León. “Mi memoria está mejorando y estoy asistiendo a cursos universitarios. Puedo conducir e inclusive nadar, ir al gimnasio y levantar pesas. Durante los últimos siete años yo no había podido hacer nada de esto”.

“El objetivo del Programa de Epilepsia de Parkland es detener las convulsiones y lograr que los pacientes vuelvan a tener una vida normal”, dijo Barbara Voth, gerente de departamento del Centro para la Epilepsia / Laboratorio de Neurofisiología Clínica de Parkland. “Más de 2 millones de personas en los Estados Unidos tienen epilepsia y aproximadamente el 30 % no responde a los medicamentos anticonvulsivos. Nuestros médicos y el personal están dedicados a encontrar ayuda para nuestros pacientes. Cada paciente con epilepsia es único y no paramoshasta encontrar el tratamiento correcto para él”.

La evaluación de un trastorno de epilepsia comienza en la clínica de epilepsia para pacientes ambulatorios de Parkland. Allí, los neurólogos revisaron la historia clínica del paciente, los resultados de los estudios básicos (IRM y EEG del cerebro) y realizan un examen neurológico.

En el año fiscal 2015, se hicieron aproximadamente 3000 visitas por el trastorno de las convulsiones epilépticas. Si los pacientes no responden a los medicamentos anticonvulsivos, son

derivados a la Unidad de Monitoreo de la Epilepsia de Parkland. Esta unidad consiste en una instalación para pacientes internados con 12 habitaciones y el más avanzado EEG, capacidad de video e informática en donde cada paciente es monitoreado por medio de un video y EEG continuos. Para poder presenciar las convulsiones del paciente, se retiran cuidadosamente los medicamentos anticonvulsivos con la esperanza de poder localizar el lugar de las convulsiones y detenerlas para siempre.

“Para garantizar la seguridad de estos pacientes, hay enfermeras registradas y técnicos de EEG presentes durante las 24 horas”, dijo Voth. “Todas las habitaciones son individuales, tienen  baños privados y una cama separada para que pueda quedarse un miembro de la familia con su ser querido durante esta evaluación”.

La mayoría de los aproximadamente 450 pacientes que se admiten todos los años en la unidad para la epilepsia de Parkland tienen convulsiones nuevas o necesitan una evaluación para efectuar un diagnóstico. Algunos de los exámenes que se realizan para efectuar diagnósticos son la imagen por resonancia magnética (IRM), la imagen por resonancia magnética funcional (IRMf), la tomografía computarizada de emisión monofotónica, la tomografía por emisión de positrones (PET), los exámenes neuropsicológicos, etc. El equipo de atención multidisciplinario está integrado por enfermeras especializadas, técnicos de diagnóstico, neurocirujanos, neuroradiólogos, neuropsicólogos y asistentes sociales que se especializan en la atención de la epilepsia. También se ofrecen grupos de apoyo y actividades educativas.

Si desea más información sobre los servicios del hospital de Parkland, visite www.parklandhospital.com/es. Información sobre el Centro para la Epilepsia de Parkland, llame al 469.419.9240. Cita como paciente ambulatorio, llame al 214.590.5689. Parkland Health & Hospital System.

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