Dallas Texas. María Teresa Ruiz, una astrónoma chilena que a sus 70 años está en la cúspide de su carrera y su versatilidad es impresionante. Trabaja en la búsqueda y formación de planetas extrasolares, e investiga la abundancia química en nuestras galaxias externas. Pero, al mismo tiempo, es capaz de estar preocupada por regular el rol de la mujer cuidadora, quien debe cuidar al niño o si alguien se enferma.
María Teresa Ruiz, asumió en Febrero de 2016 como la primera mujer que ocupa la presidencia de la Academia Chilena de Ciencias y, además posee cargos en otras seis instituciones. Y, como si todo eso fuera poco, fue la primera mujer en ganar el Premio Nacional de Ciencias Exactas en 1997; y la semana pasada, recibió en Paris el “Premio para las mujeres y la ciencia” que otorga anualmente la Unesco y la empresa francesa L’Oreal a científicas de los cinco continentes.
La astrónoma chilena María Teresa Ruiz, antes de ser laureada por la Unesco, dijo estar convencida de que en la próxima década habrá noticias de vida en otros planetas, un descubrimiento que “cambiará la mirada sobre la Humanidad”.
“Sería muy raro que no la hubiera, con tantas estrellas en la galaxia y tantas galaxias en el universo. Puede que sea una vida un poco distinta a la nuestra, pero yo creo que la hay”, agrego María Teresa Ruiz.
“Todos los grandes telescopios que van a empezar a abrir sus ojos en la próxima década tienen dentro de su justificación científica buscar planetas extrasolares”, explica la actual Directora del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile, en Santiago.
Y el presumible hallazgo de vida “cambiará nuestra mirada sobre la Humanidad”, porque una cosa es “sospecharlo y otra muy distinta es comprobarlo”, asevera.
Esta científica fue la primera mujer en diplomarse en astronomía en Chile y recibir el Premio Nacional de Ciencias. Contribuyó además a la instalación del radiotelescopio gigante ALMA en el desierto de Atacama, en el norte del país latinoamericano.
El premio de la Unesco fue otorgado a Ruiz por el conjunto de su trayectoria, donde destaca el descubrimiento de “Kelu 1”, una “estrella enana café” -similar a un exoplaneta pero más fácil de observar, así como su trabajo con las estrellas enanas blancas, que permitió estimar la edad de la Vía Láctea en unos ocho mil millones de años.
“La gracia de Kelu es que apareció cuando no la estaba buscando” en el telescopio, explicó. Su nombre significa “rojo” en el idioma de los mapuches de Chile. “Ser mujer ha tenido sus ventajas y desventajas en su carrera, las mujeres tenemos algunas habilidades que nos hacen la vida más fácil”, comento la astrónoma.
Así “ser interactiva es importante en la ciencia, de la misma manera que tener el ego mejor entrenado, de forma que no sea un impedimento para trabajar juntos y progresar en un tema”.
En cambio, lamenta que la sociedad “no esté preparada para facilitar” que las mujeres científicas brillantes, en edad de tener hijos, puedan dedicarse a la vez a su carrera y hacer su aportación para un “mundo mejor”.
Este premio a las mujeres científicas es otorgado desde 1998 y está dotado con 100.000 euros (108.000 dólares). María Teresa Ruiz afirmo que una parte de ese monto lo destinará a “la promoción de la ciencia entre las niñas” en los centros escolares en Chile, a través de iniciativas propias y con asociaciones que ya trabajan en este ámbito.
arnoby@elhispanonews.com
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