Efectivamente, el expresidente George W. Bush y Laura Bush no votaron por el candidato del Partido Republicano, Donald Trump; solo dieron su voto a los demás candidatos republicanos que aparecían en su boleta.
Entonces surge la pregunta, si los Bush no votaron por Trump, y los hispanos y las mujeres estaban enardecidos y enfurecidos contra Trump, y Texas es el segundo estado con más votantes hispanos, ¿Que Paso?
La Coalición de Organizaciones Mexicanas, COM, y sus más reconocidos líderes, José Luis Flores, María del Carmen Acosta, Polo Gauna, Enrique López, Juan Gómez, Mary Domínguez, entre otros, evaluaron su labor como activistas del voto hispano, y concluyeron, que las organizaciones de base fueron mucho más que los mismos dirigentes tradicionalmente reconocidos del Partido Demócrata en Dallas.
Analizaron en detalle, de cómo era posible que no se hubiera hecho un trabajo más coordinado, más unificado, y sobre todo, se percibía un pernicioso ambiente triunfalista que conspiro con el gran reto que las circunstancias políticas brindaban para convertir a Texas en Demócrata.
Había muchos hechos de maltrato republicano a la comunidad inmigrante hispana que constituían suficiente gasolina para incendiar el fervor electoral anti-Trump. Recortes a los programas de educación bilingüe, a los programas de educación especial, a los programas de educación temprana, porque algunos republicanos pretenden arrebatarnos el sagrado derecho a la educación por el temor al poder del futuro cercano e inatajable hispano-estadounidense.
Y qué decir, la sucia estrategia en varias ciudades de incrementar inusitadamente los impuestos a la vivienda y a los cánones de arrendamiento, para sacar de los vecindarios desarrollados a las familias de escasos ingresos para coartarles el derecho a estudiar en buenas escuelas públicas.
O que tal, el accionar republicano que pretendió quitar el inalienable derecho a la nacionalidad estadounidense a niños nacidos aquí, solo por el hecho de que sus progenitores no poseen un permiso de estadía, a pesar de que la gran mayoría calificaría si se aplicara justicieramente la ley de inmigración en igualdad de condiciones de cómo se aplicó en el pasado a tantos que hoy la disfrutan, pero que ya se creen de mejor linaje.
Según apuntó recientemente el secretario del estado de Texas, Carlos H. Cascos, el alto grado de desconfianza que generan los candidatos a la Casa Blanca podría haber aumentado la abstención y la indecisión, lo cual hizo suponer un posible giro en las urnas en favor del Partido Demócrata.
El estado de Texas (Distrito 23) tiene 38 votos electorales de los 270 necesarios para ganar una presidencia. El censo estimado de 2015 calcula que el estado cuenta con una población de 27.4 millones de habitantes, de los cuales 17.2 conforman el electorado.
¿Cómo votan los hispanos?
El 38% de la población texana tiene origen hispano, alcanzando la cifra de 10.4 millones, que son el 18.8% de todos los hispanos de EEUU de acuerdo a datos de 2014.
En cuanto a su población de inmigrantes, ésta alcanza (según el mismo estudio) los 4.5 millones, convirtiendo a Texas en el segundo estado norteamericano con mayor población inmigrante: 11% de todos los inmigrantes de EEUU vive en Texas. De ellos, 56% provienen de México y 12% de Centro y Sudamérica.
Sin embargo, solo el 35% de los inmigrantes texanos tramitan la ciudadanía estadounidense, según un informe Pew de abril de 2016. Texas cuenta con 4.8 millones de votantes hispanos —la segunda población más grande de este tipo en EEUU luego de la californiana— que conforman el 28% de la población electoral del estado.
La conclusión final de los líderes de COM, es que deberá hacerse una profunda revisión al Liderazgo Político Hispano y auscultar su verdadero compromiso en hacer respetar, valorar y darle el tratamiento político, económico, social y cultural que se merece, dado el impactante aporte que la comunidad hispana ha brindado a los Estados Unidos de América.
arnoby@elhispanonews.com
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