MEXICO.- Por años, los cubanos eran unos inmigrantes ‘privilegiados’ al llegar a Estados Unidos, les concedían un amparo migratorio, oportunidad de trabajar y ayuda económica. La política de “pies secos, pies mojados” fue el nombre dado a una política del gobierno de los Estados Unidos sobre la inmigración cubana en su país, que fue consecuencia de la revisión de 1995 de la Ley de Ajuste Cubano. Consistía en permitir el ingreso de inmigrantes provenientes de la isla solo si han pisado la costa estadounidense. Fue terminada por la administración Obama el 12 de enero de 2017.
Desde entonces, miles de cubanos varados en Panamá, Centroamérica y México ya no tienen esperanzas de poder llegar a Estados Unidos, ya que los países receptores en su tránsito los están deportando.
Tan solo en México, decenas de cubanos ya no obtienen la garantía de no ser regresados a la isla –como sucedía anteriormente- por tener la esperanza de ser admitidos en EEUU. Al contrario, las autoridades migratorias mexicanas, los están deportando por centenares.
Tan solo en ocho días, alrededor de 180 cubanos abordaron un avión en Chiapas después de que las autoridades isleñas los reconocieran como sus ciudadanos.
El Instituto Nacional de Migración, explicó en un comunicado que los cubanos se encontraban de manera irregular en el País y habían sido ingresados a la Estación Migratoria Siglo 21.
Sin embargo, tras la eliminación de la Ley de Ajuste por parte del gobierno norteamericano, la autoridad nacional también comenzó a suspender la entrega del llamado salvoconducto.
Tras el beneficio “pies secos, pies mojados”, el INM inició la deportación de cubanos la semana pasada.
La política de inmigración de cubanos a los Estados Unidos se rige desde 1966 por la Ley de Ajuste Cubano, que esencialmente dice que cualquier persona que huyó de Cuba y entró a los Estados Unidos (incluyendo sus aguas continentales) estaría autorizada a obtener la tarjeta de residencia permanente un año después.
Después de las conversaciones con el gobierno cubano, el gobierno de Bill Clinton llegó a un acuerdo con Cuba, consistente en que se dejaría de admitir a personas interceptadas en aguas de los Estados Unidos. Desde entonces, los cubanos capturados en las aguas entre las dos naciones (con «pies mojados») serían enviados de regreso a Cuba o enviados a un tercer país, mientras que los que llegaran a la costa («pies secos») tendrían la oportunidad de permanecer en los Estados Unidos y más tarde postular a la residencia permanente legal, de acuerdo a la Ley de Ajuste.
En otros países, el número de cubanos refugiados en albergues habilitados por organizaciones como Cáritas ha aumentado. En Panamá, por ejemplo, la cantidad de migrantes en una de las instalaciones ha subido de 70 individuos a 200. Según Víctor Luis Berrío, encargado de esa institución, el Servicio Nacional de Fronteras no está permitiendo la entrada de los cubanos.
“Hay varios cubanos que han sido devueltos a Colombia”, dijo Berrío. Según la misma fuente, los obispos de la nación están informados de la situación humanitaria de los cubanos y están trabajando para ayudarlos.
Reynaldo@elhispanonews.com
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