Trump y los jinetes del apocalípsis

Centro Comercial en Shanghai, China. Foto Marcos Nelson Suárez

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Por Marcos Nelson Suárez

No es de extrañar que los Demócratas critiquen al Presidente Donald Trump ante cualquier medida que este tome. Al final, son parte del partido opositor.
Sin embargo, cuando se trata de medidas destinadas a asegurar el futuro económico de los Estados Unidos, quizás los intereses nacionales debían imponerse ante los intereses partidistas. Los medios de comunicación, invadidos por simpatizantes de la izquierda, debían hacer otro tanto.
Y para aclarar… no simpatizo con la personalidad del actual presidente ni con su retórica o sus tuits.
En el caso de las medidas arancelarias impuestas por el Presidente contra China y otros países, los medios de comunicación en particular se encargan constantemente de resaltar medias verdades incluyendo el hecho de que afectan a ciertos sectores económicos del país.
Constantemente se publican entrevistas y reportajes de agricultores o fabricantes quejándose de que están perdiendo dinero y mercados por las tarifas arancelarias. En prácticamente ninguno de estos materiales se expone el trasfondo de la necesidad de tomar medidas para evitar el enorme desbalance comercial que existe, en particular, entre China y los Estados Unidos.
En el 2018 China exportó productos a los Estados Unidos por valor de 540 mil millones de dólares mientras que las exportaciones de USA a China fueron de 120 mil millones de dólares. Este desbalance se ha mantenido por los últimos 15 años.
Y ese no es sólo el problema en las relaciones comerciales entre ambos países.
China impone serias restricciones a las empresas norteamericanas que hacen negocios en el país exigiendo la transferencia de tecnología, protegiendo mercados y practicando el robo de secretos comerciales de compañías de Estados Unidos.
Mientras que las administraciones anteriores, tanto Demócratas como Republicanas mantuvieron un diálogo con China tratando de aliviar el balance comercial desfavorable, sin ningún resultado importante, ha sido la administración de Trump la que tomó al toro por los cuernos y decidió tomar medidas serias.
La pregunta necesaria para cualquier persona es cuánto más tiempo puede aguantar Estados Unidos una balanza comercial tan desfavorable.
No obstante, guiados por intereses partidistas o su desdén por la personalidad de Donald Trump los críticos prefieren dejar a un lado los intereses nacionales, sin siquiera ofrecer alguna sugerencia de medidas que puedan tomarse para terminar la política desastrosa de permitir que China o cualquier otro país siga tomando ventaja de nuestra economía.
La realidad es que por décadas la China. La OTAN, la Unión Europea, las naciones Unidas, y otras organizaciones y países se han aprovechado de la diplomacia para aprovecharse del país ante la sonrisa complaciente de las diferentes administraciones norteamericanas más interesadas en lucir bien ante el resto del mundo que cumplir con la responsabilidad asignada por los votantes.
Parece que esta fiesta se está acabando gracias a la determinación del Presidente, a pesar de las críticas y los ataques constantes. Quizás se logre

Cadenas de restaurantes norteamericanos en Shanghai, China. Foto Marcos Nelson Suárez
o quizás no, pero al menos alguien está haciendo el esfuerzo y lo menos que podían hacer los críticos y los medios de comunicación es dar un poco más de apoyo a ese esfuerzo.

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