Dallas, Texas. Comer es una actividad tan cotidiana que muchas veces no tenemos conciencia de lo que consumimos, ni de los efectos que los alimentos tienen en nuestro organismo. Una de las principales metas de las políticas de salud pública en el mundo es combatir la prevalencia de enfermedades relacionadas con la alimentación.
Los aspectos fundamentales para elegir una buena nutrición están en aprender a comer de forma variada y en las cantidades requeridas por el organismo. Alimentos como los lácteos nos ofrecen la cantidad exacta de nutrientes claves que necesitamos todos los días como las proteínas y el calcio. Además, nos los brindan en la forma perfecta para que el cuerpo pueda aprovecharlos mejor.
Para interiorizar este aprendizaje es fundamental tener conciencia de qué comemos y qué nutrientes y calorías nos proveen los alimentos que consumimos diariamente. Debemos pensar en la cantidad de porciones de un mismo grupo de alimentos que se consumen en un solo tiempo de comida. Es decir, hay que tener presente que se pierde cualquier tipo de balance cuando en un plato hay más alimentos de los necesarios para un equilibrio nutricional.
Este aprendizaje incluye evitar dietas de moda que buscan una nutrición desbalanceada. “Una dieta monótona, en la que tendemos a consumir siempre los mismos alimentos, como por ejemplo las famosas dietas de ‘solo proteínas’, no nos proporcionan todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita”, dice Lina Valencia, nutricionista colombiana.
Una de las claves para mejorar el comportamiento alimentario está en alcanzar el balance entre la energía que se obtiene de los alimentos y la que se gasta en las funciones corporales y la actividad física.
¿Qué proveen los alimentos al organismo?
• Nutrientes que proporcionan energía: los alimentos aportan en cantidades variables nutrientes que contienen calorías, tales como carbohidratos, grasas y proteínas. Constituyendo el combustible para el funcionamiento de los órganos, el crecimiento y la actividad física.
• Nutrientes no energéticos: en este grupo se encuentran las vitaminas y minerales. Son sustancias esenciales que no aportan calorías, pero que el organismo necesita para mantener un adecuado estado de salud.
• Fibra dietaría: es la parte comestible de las plantas o carbohidratos resistentes a la digestión. La fibra se relaciona con la protección y alivio de trastornos digestivos, la sensación de saciedad y el mantenimiento de los niveles de glucosa en la sangre, entre otros beneficios.
• Agua: componente común en los alimentos, cuyo contenido es muy variable y depende de la concentración del resto de nutrientes u otras sustancias.
arnoby@elhispanonews.com
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