Dallas, Texas. Cada día se evidencia como la tecnología invade nuestra privacidad. ¿Te has preguntado hasta qué punto tu información personal, esa que publicas, compartes, entregas a grandes compañías como bancos, redes sociales, empresas de salud, etc., está segura?
Hemos llegado a un punto donde recibimos correos de una empresa que no conocemos, o nos llaman a ofrecernos servicios sin saber quién les dio nuestro número. Por eso, es que quiero compartirles algo que tal vez no se imaginan, y que ya traspasa cualquier límite de privacidad y como nuestra información es menos personal y más pública.
Una firma israelí ofrece a sus clientes un servicio que extrae al instante la información de un teléfono. El producto preocupa seriamente a organizaciones de derechos humanos. La empresa Cellebrite tiene contratos en más de 115 países y muchos de sus clientes son entidades estatales.
Cellebrite es considerada líder mundial en este sector. Supuestamente sus empleados pueden extraer un gran número de datos de un aparato determinado, desde el contenido de los mensajes, hasta la posición que tenía su dueño en un momento determinado. Incluso podrían rastrear mensajes borrados años antes de que un aparato fuera intervenido.
Los activistas que defienden la privacidad han expresado sus inquietudes con respecto a esta potente herramienta, que si cae en determinadas manos podría llevar a abusos. La tecnología de Cellebrite no funciona mediante internet. Necesita tener en mano el teléfono que quiere intervenir.
Recientemente, la empresa mostró sus servicios a la AFP, logrando desbloquear un teléfono con clave. Rápidamente las fotos del dispositivo aparecieron en una pantalla con los datos del lugar donde fueron tomadas.
El teléfono usado en la prueba era un LG G4, que funciona con el sistema operativo Android de Google, un modelo con el que la empresa ya había trabajado, por lo que la operación no tomó mucho tiempo.
Leeor Ben-Peretz, uno de sus directivos, dijo que el desafío es mantenerse como líder del sector en un mercado que evoluciona constantemente con nuevos modelos y actualizaciones del sistema operativo.
En el laboratorio de la firma hay 15.000 teléfonos y cada mes llegan entre 150 y 200 nuevos modelos. Cada vez que un nuevo aparato sale al mercado, un equipo de 250 empleados se lanza en una carrera frenética para encontrar vulnerabilidades, indicó Ben-Peretz. Este proceso puede tardar entre unos pocos días y varios meses.
Los iPhone son un desafío particular, ya que a diferencia de otras firmas, Apple diseña tanto el sistema informático como el aparato, explicó Yong Wang, profesor de la Dakota State University.
Pero para Ben-Peretz no hay ningún teléfono en el mercado que sea imposible de piratear. “Sí, es cierto, cada vez se vuelve más difícil”, dijo. “Pero todavía logramos resultados con los últimos dispositivos y los más recientes sistemas operativos”, aseguró. Los principales clientes de la empresa son entidades policiales y organismos públicos, pero cada vez hay más empresas privadas.
“Cualquier empresa, incluyendo Cellebrite, tiene la responsabilidad de asegurarse de que sus actividades no contribuyan a violaciones graves de los derechos humanos”, dijo Sari Bashi, directora jurídica de Human Rights Watch en Israel.
Ben-Peretz aseguró que la empresa verifica sus clientes y que respeta las leyes locales, pero precisa que son los gobiernos los principales responsables.
“¿Sería posible impedir que alguien lance una piedra contra alguien o que lo atropelle con un coche?”. “No se puede culpar al fabricante”, afirmó.
Pero, para Bashi, “un contrato de vigilancia es un poco diferente. Uno tiene un número reducido de clientes y la oportunidad de asegurarse de que la tecnología no sea utilizada para tal o cual cosa”.
arnoby@elhispanonews.com
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