Dallas, Texas. Según un artículo del periodista de moda con más trayectoria en Chile, Juan Luis Salinas Toledo, en Paris de 1947, cuando la sociedad gala se recuperaba de los estragos de la Segunda Guerra Mundial en medio de la escasez y el pesimismo, las damas de la aristocracia parisina, los compradores de grandes almacenes y un grupo de periodistas internacionales pues los periodistas franceses estaban en huelga, se arremolinaron en un salón de un palacete de la avenida Montaigne, para asistir al debut de Christian Dior.
Los 94 “News Looks” de su primer desfile, como los bautizo Carmel Snow la editora de “Harper’s Bazaar”, fueron como una lección de costura fantástica que resucito la femineidad perdida durante los años de guerra, con vestidos de cintura entallada y faldas amplias y largas que llegaban a la altura de la pantorrilla. Una colección que exaltó a la mujer con la línea del busto muy marcada, caderas acolchadas, colores vivos y detalles ostentosos.
Christian Dior, un burgués que contrario los deseos de sus progenitores de ser abogado o diplomático ante su querer de estudiar bellas artes, se sumergió en la escena artística con sus habilidades para el dibujo, siendo contratado como diseñador para la casa de modas de Robert Piguet, luego consiguió un espacio en el ‘atelier’ de Alta Costura de Lucien Lelong; pero realmente, Dior quería tener su propia casa de modas.
Un providencial encuentro con el millonario de la industria textil Marcel Boussac, conocido como ‘el rey del algodón’, redefinió su futuro. El inversionista buscaba revitalizar un antiguo salón de costura llamado ‘Gastón et Phillippe’, pero Dior lo convenció de la inutilidad de resucitar un muerto y le propuso crear una casa pequeña, con un atelier reducido, donde se respetara la tradición de la alta costura para vestir a mujeres “verdaderamente elegantes”. Y ese es el origen de la ‘maison’ Christian Dior, en 30 Avenue Montaigne.
Esta nueva elegancia de vestir despertó críticas en Inglaterra. De hecho, el Gobierno británico prohibió que se hablara del ‘New Look’ en la edición británica de ‘Vogue’. El veto, sin embargo, no impidió que la firma realizara un desfile para la hermana de Isabel II, la princesa Margarita, en la embajada del Reino Unido en París.
En EE. UU., las críticas tampoco se hicieron esperar. A nadie le cabía en la cabeza que, tras una guerra de semejantes dimensiones, la gente no estuviera ahorrando, sino despilfarrando en faldas. Aún así, en Nueva York la colección recibió el premio Neiman Marcus: el Óscar de la Alta Costura.
Cuatro años después de fundada, la casa de modas Dior tenía 900 empleados, 28 talleres y además del centro de operaciones, en la Avenida Montaigne, otras 4 casas en la capital francesa. La firma era una marca cotizada en todo el mundo y entre sus clientes figuraban estrellas como Marlene Dietrich, Marylin Monroe, Ava Gardner, la princesa Soraya, la duquesa de Windsor y Eva Perón.
La idea inicial de crear una casa de moda pequeña, pero exclusiva, abrió paso a las ambiciones de consolidar un imperio que también acreditaba perfumes y zapatos. En 1948, Dior partió a la conquista del mercado estadounidense, con una filial en la Quinta Avenida neoyorquina. Luego, el diseñador diversificó su nombre con franquicias y abrió oficinas de relaciones públicas en numerosos países.
La influencia del ‘New Look’ ha sobrevivido a su creador, quien murió 10 años después de presentar su colección debut y de diseñar 22 colecciones. Ni Yves Saint Laurent, el heredero de la marca, ni ninguno de sus sucesores, como Marc Bohan, Gianfranco Ferré, John Galliano, Raf Simons o recientemente María Grazia Churi, han podido abstraerse al influjo del gran genio que fue Christian Dior.
arnoby@elhispanonews.com
Leave a Reply
You must be logged in to post a comment.
Login Using:
Login with Facebook Login with Twitter