Por Reynaldo Mena
MEXICO.- Esas imágenes no se podrán olvidar muy pronto.
No, no era una película de Hollywood, ni tampoco un videojuego o un meme en las redes sociales.
Eran imágenes de desesperación, dolor e impotencia.
La erupción del Volcán de Fuego fue eso, una lava hirviendo que invadía poco a poco, celosa y vengativa los poblados cercanos al siniestro.
“Todo eso (el material volcánico) entró por puertas y ventanas. Había mucho calor, no se podía respirar porque hervía”, señaló a la AFP Manuel en un rincón del salón comunal de la Ciudad de Escuintla, 40 km al sur de la capital, habilitado para atender a un grupo de damnificados.
Los cientos de damnificados huían como podían, las cenizas, el humo, el fuego y la cercanía de la lava hacían inhabitable esos lugares. Muchos quedaron enterrados, otros desaparecidos, aún hoy no se tiene un recuento total del número de víctimas y damnificados.
Hasta el cierre de esta edición se han reportado 100 muertos, muchos de ellos aún sin identificarse.
Socorristas y rescatistas retomaron ayer la búsqueda de entre 200 y 300 desaparecidos en comunidades como San Miguel Los Lotes y El Rodeo, devastadas el domingo pasado.
Los rescatistas hundían varillas de metal en el terreno para liberar el humo, indicación de que la temperatura de la superficie se mantiene alta.
De acuerdo a datos de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres de Guatemala (CONRED), al menos 1.7 millones de personas han sufrido las consecuencias de la erupción.
“Estábamos en una fiesta, celebrando la llegada de un bebé, cuando una vecina nos llamó a gritos para que fuéramos a ver que la lava ya venía, no le creímos y cuando salimos a ver el lodo caliente ya venía bajando por la calle”, dijo López a la prensa que cubría la tragedia.
“Allá se quedó mi mamá, no pudo salir”, añadió la mujer, que vivía en la aldea de San Miguel Los Lotes, ubicada al sur de la capital, Ciudad de Guatemala.
A Joel González le falta su padre: “Se quedó enterrado allá, en la casa”. Al parecer, su padre no pudo salir de la vivienda, donde lo sorprendió uno de los ríos de flujo piroclástico.
“Eso era como una playa, todo lleno de arena, no quedó nada. Las casas, los animales, la gente, todo se quemó, no tenemos nada”, dice González. En el lugar solían vivir familias numerosas.
Al menos 3 mil 200 personas ya fueron evacuadas y más de dos decenas se encuentran heridas.
Las medidas de seguridad aún continúan en alerta, ante el temor que vuelvan nuevas erupciones, los pobladores de los lugares afectados temen regresar a sus hogares o a lo que quedó de ellos.
COMO AYUDAR
Los interesados en contribuir con los afectados pueden escribir al correo electrónico cooperacion@minex.gob.gt o llamar a la línea de teléfono +50224100120.
También pueden hacer una donación internacional a través de la cuenta 3033699352 de Banrural a nombre de la Cruz Roja Guatemalteca. El código Swift/IBAN es GT03 BRRL 0101 0000 0030 3369 9352.
EL DATO
Según los datos facilitados por el Instituto Smithsonian de EE UU, en su programa de Vulcanismo Global, solamente durante el año 2017 el Volcán de Fuego tuvo 12 procesos eruptivos con flujos de lava y piroclásticos. “El Fuego lleva estando en erupción unos 16 años, desde 2002, con una fuerte actividad durante los últimos tres años”, apunta Raúl Pérez López, científico titular y geólogo del Área de Riesgos Geológicos del IGME. “Lo que pasa es que ahora se ha recrudecido con consecuencias fatales para las localidades cercanas”.
Fuente: El País
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