El miedo

Por Claudia Herrmann

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Claudia Herrmann
Presidente de la
Asociación de
Mujeres Empresarias y Profesionales de Dallas

Estadísticamente la seguridad genera una excelente óptica. Me refiero a la ausencia de delitos. Una ciudad en donde se reportan muy pocos delitos puede presumir de ser una ciudad segura. Esos números pueden ser una quimera. Hace más de una década la ahora Comisionada Elba García (en aquel entonces Concejal de la ciudad) me mostró un mapa de criminalidad de la ciudad Dallas, donde las llamadas a la policía en diferentes partes de la ciudad estaban marcadas por puntos rojos. 

Parecía que la zona súper chic de Highland Park era un nido de narcos, violadores y rateros a juzgar por la enorme cantidad de diminutos puntos rojos, y que el sur de Dallas y Oak Cliff son enclaves de paz y seguridad, a juzgar por la ausencia de puntos. Lo que sucedía es que en Highland Park hasta el ladrido excesivo de un perro es reportado a la policía, mientras que en el Sur de Dallas sólo se reportan homicidios y algún otro delito esporádico.

La ausencia de reportes de delitos ha de preocupar enormemente a las policías de las ciudades que conforman el Metroplex de Dallas. Y con fundada razón. No es que se cometan menos delitos. Lo que sucede es que la población ya no los reporta. No los reporta por miedo a que cualquier oficial de policía que aparezca en una vecindad detenga hasta a los mismos denunciantes para entregarlos a las autoridades migratorias, que procederían a deportarlos. Miedo a que el sólo hecho de tener la piel oscura sea motivo suficiente para una detención policial porque piel oscura puede ser equivalente a la permanencia ilegal en el país, y a la consecuente deportación.

Ahora que la Ley SB4 que impone fuertes penalizaciones a las ciudades santuario, fue aprobada por la Cámara de Representantes del estado, y que se espera sea aprobada por el Senado en breve, los inmigrantes, especialmente los indocumentados viven apoderados del miedo. Miedo a llevar a los hijos a las escuelas. Miedo a buscar opciones de diversión. Miedo a asistir a eventos masivos por la sospecha de ser señalados por su piel más oscura y el uso del idioma español. Miedo a siquiera cruzarse con un policía en la esquina.
Los más aterrorizados son los inmigrantes indocumentados, pero el miedo también se ha apoderado de residentes permanentes y personas con visas de trabajo o inversión. Son personas que ya ni siquiera desean ir a tomar una sola copa (que está debajo del límite máximo permisible) con los amigos después del trabajo por temor a caer en manos de la policía y después en las de las autoridades migratorias. Autoridades que tienen amplias facultades discrecionales para revocar visas y hasta residencias legales.

No quiero minimizar la seriedad de los delitos patrimoniales o delitos contra la salud, pero lo que realmente es preocupante que delitos mucho más graves contra la integridad física y vida de las personas, tales como la violencia doméstica, el abuso sexual que pueden desembocar hasta en el homicidio de las víctimas, queden impunes por el miedo de éstas de presentar denuncias. Años de trabajo de las policías con las comunidades inmigrantes se han echado por la borda con la Ley SB4.

La Ley SB4 es la más dura del país en cuanto a penalización a las ciudades santuario se refiere. Con la Ley SB4, los cuerpos policiacos y los gobiernos locales están entre la espada y la pared. Si las policías no perfilan racialmente a las personas y al detenerlas no las entregan a las autoridades migratorias, se enfrentan a sanciones que pueden llegar a los $25,000 dólares por día y cárcel para cualquier oficial –incluyendo a los alcaldes- que se rehúsen a cumplir sus disposiciones.

Ese adefesio llamado Ley SB4, una vez que sea promulgado por el Gobernado Greg Abbott, va a tener funestas consecuencias que ni las autoridades ni la sociedad deseamos. Sólo nos queda esperar que el sistema judicial realice su magia y la Ley sea declarada inconstitucional.

Hasta la próxima y buena suerte. Claudia Herrmann es Presidente de la Asociación de Mujeres Empresarias y Profesionales de Dallas cherrmann@amepusa.org

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